domingo, 20 de octubre de 2013

TESTIMONIO VOCACIONAL









                                 Tan solo a los 16
 
 
Hola soy Yessenia, nací en Perú, y en esta oportunidad quisiera contarte la aventura de mi vocación, primero déjame dar gracias a aquel Dios rico en amor que se fijó en mí, que no soy más que un instrumento vil. La vocación es un misterio de amor.
Desde pequeña me sentía inclinada a ser religiosa, quizá por sentirme rodeada de aquellas religiosas entregadas de mi pueblo, lo que transmitían era alegría, solo eso me impacto, el querer ser como ellas, esto no me preocupaba porque sabía que eran cosas de niñas y cuando creciera lo iba a olvidar, efectivamente sin duda alguna paso. Solo me importaba estudiar, divertirme, ser feliz, como cualquier otra chica lo hubiese pensado, siempre estuve metida en grupos de la parroquia, pero iba porque me la pasaba bien, era un pretexto más para salir de casa, más no descubría que Dios estaba tejiendo mi vida silenciosamente. Tuve una temporada en la que llegué a actuar como la moneda por llamarlo así, a dos caras: frente a mis amigos del Cole o del barrio era solo salidas, fiestas… que me llevo a ser locuras de adolescentes, creía tener yo la razón, y en la parroquia era lo contrario, sin embargo yo pensaba y lo aseguraba que era feliz en estos tiempos grises, pero allí estaba Dios, sus planes para con sus criaturas son perfectos, ya se había fijado en mí desde el vientre de mi madre y yo estaba ciega o quizá sorda no lo entendía. Era el día de Pentecostés, en la parroquia se había preparado una vigilia especial para los jóvenes que dentro de poco recibirían la confirmación, yo era una de ellos, recuerdo que esa misma noche tenía planes, todo al agua. Tenía que ir de lo contario no me confirmaba, fui por compromiso no quería defraudar a mis padres y mucho menos a mí catequista, algo había dentro de mí que andaba rondando. Al principio estaba fastidiada, aburrida, hubiera preferido estar en otro lado, pero Dios lo quería así, se valió de un Diácono (ahora sacerdote), sus palabras calaron en mí, mi corta vida que llevaba era solo miserias; pasaban las horas y ese encuentro se hacía más intenso, de repente empezó a dar vueltas la pregunta ¿Por qué no ser de él? Y por otro lado ¿mi familia, mis amigos? Con la frase evangélica “la mies es abundante, los trabajadores pocos”, quería gritar y salir corriendo a ver a tantos amigos míos que estaban fuera a que vivieran lo que yo estaba viviendo, pasando un tiempo lo hice pero fue inútil, fui tomada como “bicho raro” Lo veía difícil para mí, estaba confundida, salí como quien se dice con una espina dentro, que me tenía inquieta. Empecé a hablarlo con una hermana y me ayudó mucho a ver si Dios me quería para sí, lo estuve pensando 6 meses no lograba entender que era lo que Dios quería de mí, ¿y dónde?, Los caminos de Dios no son nuestros caminos, conocí a la hermanas Celadoras en una gira vocacional, que naturalidad y entusiasmo se veía en esas hermanas, su carisma me impresiono “el amor”, hable con ellas, y después de unos meses me atreví a decirlo a mis padres, fue durísimo para ellos, y yo era feliz, y recuerdo que les decía: mamá ni que me fuera a morir ¿Por qué lloras? A mí también me costo dejarlos, adaptarme a otro estilo de vida, pero Dios estaba a mi lado. Ahora soy Juniora apunto de renovar los Votos, han surgido dudas, caídas, pero siempre le he dicho a Jesús el “Sí” que pronuncie en mi ingreso. Ahora me digo ¿Cómo pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho? Y solo brota de mis labios gracias Señor, por tu inmenso amor.

1 comentario:

  1. Me encanta muchísimo la vocación de hermana Yessenia, me llama mucho la atención porque siento una joven tan simpática ha dejado todo de este mundo para ser religiosa.
    Felicidades Adelante Celadora.
    Soy Mary de Kenia.

    ResponderBorrar