¡Adelante Celadora, que bella es
nuestra misión!
La obediencia lleva esta vez a África a nuestra querida Madre Josefina, porque empieza allí una nueva obra del Corazón de Jesús. Que esta nueva fundación sea para la extensión del Reino y para que muchas almas conozcan y experimenten el amor de Dios en sus vidas.
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